CONSEJILLOS Y TRUCOS

sábado

HIERBAJOS SIN FRONTERAS

BASTA, BASTA, BASTA. De una vez...basta. Pretendo iniciar desde este momento el desarrollo de una misión humanitaria:hacer desaparecer el cebollino de nuestros platos durante una buena temporada. Me da igual el sistema. Estoy por empezar una campaña de apadrinamiento para mandarlo bajo el mar a la espera de fosilización… o lanzarlo con todas las fuerzas necesarias a un cráter de cualquier planeta o plantarlo entre los líquenes de Groenlandia o en las dunas del Kalahari, lo más importante es que esta hierba invasiva desaparezca una temporadita de la circulación ...qué exageración!…qué moda!… qué cansina!...a este paso se acaba en dos días y se convierte en especie protegida y encima nos cobrarán un pastón.
Está empezando a ser un trauma.

miércoles

GRANJA ELENA

Mientras no me dedico a otra cosa como me sugieren algunos anónimos ahí va otra joya: GRANJA ELENA, Paseo de la Zona Franca, 228. Anotad este teléfono 933320241, pues es casi imposible encontrar sitio sin reservar. Sin duda un lugar a tener en cuenta. Remodelado hace unos años ha perdido un poco el encanto original de “granja de barrio” pero se ha sabido mantener como restaurante sorprendente. Abierta en la década de los 70 como lechería de barrio con servicio de desayunos fue aventurándose en la oferta de platillos al mediodía para convertirse en lo que es hoy en día un restaurante particular y todo un secreto a voces. Una cuidadísima selección de ingredientes, una carta que varía a diario según la oferta de mercado, una ejecución óptima y una oferta de vinos amplísima, teniendo en cuenta las dimensiones del local(los puristas temblaran al ver la colocación de los vinos!) hacen que el lugar merezca una visita.
El espacio es bastante pequeño una barra siempre abarrotada y pocas mesas hacen que desde que abren para desayunos hasta la hora de la comida el local esté siempre lleno. Cuando consigues ocupar una de las mesas empieza el festival, una oferta amplia que hace difícil la elección lo mejor dejarse llevar por los consejos del propietario…todo un acierto…platos populares, deliciosas verduras de temporada, fantásticos arroces, imponente bacalao, guisos, foie...en fin un festín que culmina con unos postres magníficos. Vale la pena, no es un local barato pero creo que el precio está justificadísimo.
LO QUE ME GUSTO La amplia carta, dejarme guiar por los consejos del propietario y la calidad de los productos. Y el overdose de pistacho que cayó de postre.
LO QUE NO ME GUSTÓ TANTO la ubicación, bastante a trasmano y los horarios que limitan disfrutar del lugar en las comidas (Cerrado noches y festivos)...