¿COMO LO HICIMOS?e
Viena fue una estancia corta de apenas una semana, llegamos en avión y recorrimos la ciudad y alrededores con transporte público.
RUTA: Evidentemente seguimos el trazado de la antigua muralla, la Ringstrasse, en varias ocasiones, lo que nos hacía descubrir cada vez que pasábamos un edificio nuevo. Vimos la Ópera, el neoclásico Parlamento, el fantástico Palacio de Schönbrunn y sus jardines , el de Hofburg residencia de los Habsburgo, el Belvedere, antigua residencia del Principe Eugenio de Saboya que hoy es un museo. Fuimos al parque de atracciones Prater, el más antiguo del mundo con la famosa noria. Nos acercamos al complejo residencial de Hundertwasser y callejeamos mucho.Aprovechamos el buen tiempo para terracear, nos comimos todas las Sacher que pudimos, pero sobretodo pasamos mucho tiempo en el Standpark y otros parques de nombre impronunciable.
NOTA IMPORTANTE: La tarta Sacher del hotel Sacher está sobrevalorada, mucho mejores e infinitamente más baratas en cualquier otro café
LO QUE NO ME GUSTÓ TANTO Nos sobraron días, Viena es perfecta para un fin de semana.
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