CONSEJILLOS Y TRUCOS

sábado

9 DÍAS EN PEKÏN

Exactamente nueve días fueron los que nos quedamos en Beijing, podían haber sido 55 días en Pekín pero fueron sólo 9. Nuestra parada en Pekin era breve, ya que fue un stopover procedente de Tokio y con destino Bali, así que dispusimos de nueve días para disfrutar de la ciudad y  sus alrededores. 

Pekín es una risa, nada más aterrizar nos recibían los chinos con este cartel: Calurosos Bienvenidos!!! Prometía

Nuestra base operativa fue el Red Lantern un lugar bastante guiri pero cuya decoración conserva ese encanto decadente Chino. El trato con Martí y las deferencias con él hicieron que acabásemos durmiendo en una de las mejores habitaciones...lo que tiene viajar con niños. El hotelito está bien comunicado, con mucha información y buenas oferta turísticas así que... pocas quejas.
Moverse por la ciudad en metro y con un cochecito de bebe, viniendo de Japón, fue un auténtico show. Ya se que es una obviedad...pero los chinos son muchos, MUCHOS y a todas horas, en todos los sitios y todos quiern ser los primeros. Esa mezcla  convertía las entradas al metro en algo caótico y aterrador...a pesar de eso y de algún momento de pánico, rollo madre coraje, no paramos.

Madrugamos mucho para visitar la Ciudad Prohibida,  todo un acierto, se llena tanto que a pesar de la inmensidad se queda pequeña. Vimos, el Palacio de verano y sus preciosos jardines,  el fantástico Templo del cielo, el parque Behiai, los lagos Houai, los curiosos atardeceres con vistas desde los jardines de la Colina del Carbón, el mercado nocturno, el templo Tibetano, la plaza de Tian'anmen y sobretodo nos perdimos por los pocos hutongs que quedan.

Y como no...fuimos a LA GRAN MURALLA, la visitamos desde tres puntos, uno el más cercano a Pekín, otro desde una zona donde pasamos dos días fuera de la ciudad, en lo que parecía ser una ciudad realmente antigua (luego descubrimos que era de nueva creación pero con estilo antiguo) y  por último en la zona donde la Gran Muralla llega al mar. La muralla es imponente, desde cualquiera de los puntos, sobrecogedora, monumental e impactante pero yo que soy una tiquismiquis romanticona tenía la idea de la muralla de Abramovic y Ulay en The lover´s  y sufrí un pasmo cuando vi ese gentío...cuanta gente por favor!!! anduvimos bastante hasta encontrar una zona tranquila  y lo conseguimos. En el viaje hemos descubierto que a los chinos en China no les gusta demasiado alejarse de los grupos con los que se suelen mover y tampoco caminar demasiado.


NOTA: LOS CHINOS Y LAS FOTOS CON LOS NIÑOS, los chinos adoran a los niños, imagino que no estan demasiado acostumbrados a ver a muchos niños occidentales pequeños, o  tal vez fuese la coletita de Martí (Martí tiene una coletita desde nacimiento y que según supimos para los chinos indica buena suerte), lo que sea, pero el caso es que a Martí no le daban paz, se aglopaban para hacerse fotos, ahora un grupo de estudiantes, dos pasos despues una família, luego otra, unos adolescentes...un no parar, como la comunicación es imposible, te limitas a sonreir y les dejas hacer.  Tenemos muchas fotos de chinos haciéndole fotos al niño, pero esta fue buenísima, el señor chino quiso colocar a Martí para inmortalizarlo con su família, sin saber que probablemente era la foto 200 del día, y el niño estaba ya harto. Tian'anmen será la plaza más grande del mundo...pero a Martí se le quedó pequeña huyendo.
     
Martí que ya chapurreaba bastante y en la Plaza ya no pudo más, no paraba de preguntar quienes eran y por que le hacían tanta foto...para salir del paso le dije que le veían muy guapo, que tenía los ojos muy grandes y como ellos no los tenían tan grandes les gustaba mucho hacerle fotos...así que el resto del viaje cuando Martí le decías foto o veía una cámara aparecía así...


LO QUE MÁS NOS GUSTÓ: Nos encantaron los hutongs, poder perdernos entre sus callejuelas tranquilas, nos gustó mucho ver como los chinos  se duermen en cualquier rincón, nos encantó patear la muralla hasta encontrar una zona lo suficientemente alejada para estar solos, pero sobretodo nos gusto la comida, que buena es la comida. La comida en China no es la comida del chino en nuestro país. Nos encantaron los puestecillos ambulantes con bebidas dignas de Adrià, los macrorestaurantes especializados en baos, el pato, el cerdo, la comida picante, ver como disfrutan los chinos comiendo, ver esas mesas llenas y que te inviten a sentarte, que se acerquen a tu mesa con un plato para que pruebes, que te acompañen hasta el que consideran el mejor restaurante. Casualmente nos encontramos en la ciudad prohibida con un gran cocinero que se paró a hablar con Martí al escucharnos hablar y coincidió con nosotros en el tema de la comida china:la mejor comida en los puestos con cola de chinos y en los restaurantes solo con  chinos.



LO QUE NO NOS GUSTÓ TANTO: No nos  gustó nada no ver el sol en todos los días a la contaminación se añadió una brisa de arena de Mongolia que encapotó el cielo varios días, el calor era asfixiante y el aire que se respiraba era cargadito...

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